Su
cancino caminar era reflejo del duro día que vivió. Intentó carroñear
alguna presa muerta por la cacería de un tigre dientes de sable; se
apareó con una hembra de la especie, debiendo escapar antes que su tribu
lo descubriera; en el camino a su caverna otro macho lo atacó por
sorpresa y le robó la carroña que había conseguido. Cuando entró a la
oscura cueva iluminada sólo por un fogón, su hembra y sus crías lo
miraron con desdén. Simplemente botó sus implementos de caza, y se sentó
a la entrada a contemplar las estrellas...
Su
cancino caminar era el reflejo del duro día que vivió. Intentó quitarle
un cuentacorrentista a un ejecutivo que recién había captado; tuvo una
aventura con una amante incidental, debiendo escapar antes que su
familia lo descubriera; en el camino a su departamento fue asaltado por
un avezado lanza. Cuando entró al iluminado living, su esposa y sus
hijos lo miraron con desdén. Simplemente botó el maletín y el celular, y
se sentó en la terraza a contemplar las estrellas...
Separados
por un millón de años, ambos hombres contemplan la misma estrella. Su
luminosidad era notoria, casi mayor que la de la luna. En un instante y
bruscamente, su brillo se opacó, al igual que los ojos de los hombres...
El cavernícola entró al departamento, y mientras la hembra y sus crías dormían, las asfixió una a una con sus almohadas.
El
hombre de negocios entró a la caverna, y mientras la mujer y sus hijos
dormían, los estranguló uno a uno con una tripa de animal trenzada.
El
cavernícola no sabía de negocios, pero encontró en su habilidad para
cazar las herramientas para captar clientes y seguir funcionando un
millón de años después.
El
hombre de negocios no sabía cazar, pero basado en los negocios pudo
hacer estrategias para sobrevivir un millón de años antes.
Diez
años después, el nuevo negociante y el nuevo cazador contemplaban
nuevamente la estrella... y en un abrir y cerrar de ojos quien fuera
negociante volvió a sus negocios, y quien fuera cazador retornó a la
cacería, pero ambos habían olvidado sus orígenes. Poco antes que
el cazador fuera cazado por su presa, y el negociante encarcelado por
fraude, la estrella los recogió: dado que ninguno aprendió su lección,
habrían de partir de cero, pero ahora a diez millones de años uno del
otro...
Etiquetas: Esoterismo