No creas todo lo que lees, y por ningún motivo dejes de creer. No pierdas la capacidad de asombro, pero deja de asombrarte por todo

jueves, 2 de agosto de 2012

Estrella

Su cancino caminar era reflejo del duro día que vivió. Intentó carroñear alguna presa muerta por la cacería de un tigre dientes de sable; se apareó con una hembra de la especie, debiendo escapar antes que su tribu lo descubriera; en el camino a su caverna otro macho lo atacó por sorpresa y le robó la carroña que había conseguido. Cuando entró a la oscura cueva iluminada sólo por un fogón, su hembra y sus crías lo miraron con desdén. Simplemente botó sus implementos de caza, y se sentó a la entrada a contemplar las estrellas...
Su cancino caminar era el reflejo del duro día que vivió. Intentó quitarle un cuentacorrentista a un ejecutivo que recién había captado; tuvo una aventura con una amante incidental, debiendo escapar antes que su familia lo descubriera; en el camino a su departamento fue asaltado por un avezado lanza. Cuando entró al iluminado living, su esposa y sus hijos lo miraron con desdén. Simplemente botó el maletín y el celular, y se sentó en la terraza a contemplar las estrellas...
Separados por un millón de años, ambos hombres contemplan la misma estrella. Su luminosidad era notoria, casi mayor que la de la luna. En un instante y bruscamente, su brillo se opacó, al igual que los ojos de los hombres...
El cavernícola entró al departamento, y mientras la hembra y sus crías dormían, las asfixió una a una con sus almohadas.
El hombre de negocios entró a la caverna, y mientras la mujer y sus hijos dormían, los estranguló uno a uno con una tripa de animal trenzada.
El cavernícola no sabía de negocios, pero encontró en su habilidad para cazar las herramientas para captar clientes y seguir funcionando un millón de años después.
El hombre de negocios no sabía cazar, pero basado en los negocios pudo hacer estrategias para sobrevivir un millón de años antes.
Diez años después, el nuevo negociante y el nuevo cazador contemplaban nuevamente la estrella... y en un abrir y cerrar de ojos quien fuera negociante volvió a sus negocios, y quien fuera cazador retornó a la cacería, pero ambos habían olvidado sus orígenes. Poco antes que el cazador fuera cazado por su presa, y el negociante encarcelado por fraude, la estrella los recogió: dado que ninguno aprendió su lección, habrían de partir de cero, pero ahora a diez millones de años uno del otro...

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